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Los principios éticos de los trabajadores sociales a la luz de la concepción ética martiana (página 2)



Partes: 1, 2

El Programa Nacional
de Trabajadores Sociales reconoce que los trabajadores sociales
"concientes de su responsabilidad
social deben mantener una conducta , tanto
en la vida pública como privada, que le merezcan a cada
uno … la autoridad
moral y la
capacidad de influencia que se requiere para el
desempeño[2]" ; esto se ajusta a los
principios
generales de la declaración conjunta de la
Federación Internacional de Trabajadores Sociales (FITS) y
la Asociación Internacional de Escuelas de Trabajo Social
(AIETS) que pretende "animar a los trabajadores sociales de todo
el mundo a reflexionar sobre los retos y dilemas a los que se
enfrentan y a basar en la ética sus
actuaciones en cada caso concreto[3]

A partir de los referentes anteriores, este trabajo se
propone como objetivo: Establecer la relación de
algunos preceptos éticos de los trabajadores sociales
cubanos con la concepción ética martiana para la
formación de estos profesionales.

Desarrollo

El estudio de la ética Martiana tiene un carácter ineludible, en primer lugar,
porque Martí
basa sus ideas en el decoro, la libertad y la
independencia
y constituye lo más autóctono del pensamiento
cubano, además, porque Martí
fue consecuente con lo que pensaba y escribía, mostrando
un comportamiento
honesto consigo mismo, con los demás y con su patria,
llevó una vida austera y de auto perfeccionamiento, por lo
que sus palabras, además de universales, están
respaldadas por la actitud de
toda su vida.

En segundo lugar, porque en el legado martiano podemos
encontrar su ideario ético tanto escrito en un lenguaje
elevado y elegante, capaz de estremecer a los más
sensibles y cultos: la ética con estética, como el escrito en un lenguaje
claro, sencillo y directo, que a su vez es bello y
enérgico y está al alcance de la comprensión
de todos. Sus valores
despiertan sentimientos, conceptos e ideas humanas. Con ello se
convierten en resortes para la acción,
nuevos modos creadores y originales de aprehensión, y son
móviles para el perfeccionamiento del hombre.

La política educacional
cubana tiene como fin fundamental la formación
armónica y multilateral del individuo,
esto se expresa en la conjugación integral de una educación
científica técnica, política e
ideológica, ética, estética,
politécnica, patriótica militar y laboral. El trabajo
educativo en nuestro sistema
educacional debe permitir el desarrollo
integral de los estudiantes, el desarrollo más pleno de
sus potencialidades educativas, la mayor efectividad y
optimización del proceso
pedagógico profesional y promueve la formación de
valores.

La escuela y en
específico, la formadora de los futuros trabajadores
sociales, está en el deber de cumplir estas exigencias
sociales, elevar sus niveles de enseñanza y el trabajo educativo, haciendo
que el mismo logre ser integral, eficiente, donde el alumno sea
ente activo, creador y promotor de nuevos valores, capaz de
emprender con éxito
la tarea futura que enfrentarán al formar al hombre nuevo,
no resulta una tarea fácil, depende de muchos factores,
pero en especial del maestro; este deberá perfeccionar su
labor, haciendo útil, humana y profesionalizada su
presencia, como elemento directriz de este proceso de
elevación del conocimiento y
de espiritualidad, no es una utopía, es una posibilidad
real, están en juego nuestros
valores, nuestra identidad y el
futuro de la nación
cubana.

En la construcción de la nueva sociedad se
acrecienta la importancia del factor subjetivo y de la conciencia
social, se va estructurando un código
moral que contiene los principios morales elaborado por las
fuerzas revolucionarias, se refleja en él lo mejor que ha
conquistado la sociedad socialista en su lucha por el progreso
moral, por último señala el camino a seguir por
el hombre en
su perfeccionamiento moral en su lucha por la edificación
de una sociedad superior.

La formación ética de los estudiantes de
trabajo social, presupone la formación de una conducta
moral acorde a nuestra sociedad, una nueva actitud ante el
trabajo creador en el aporte que realiza en su práctica
laboral desentrañando los secretos de la profesión
que estudia e incorporándolo a su actividad
profesional.

El Trabajo Social ha crecido con ideales humanitarios y
democráticos. Sus valores se basan en el respeto a la
igualdad, el
valor y la
dignidad de
todas las personas. Desde sus comienzos, hace más de un
siglo, la práctica de Trabajo Social se ha centrado en
hacer frente a las necesidades humanas y desarrollar el potencial
humano.

La Organización internacional de Trabajo
Social ha elaborado dos documentos: la
"Declaración Internacional sobre los Principios
Éticos del Trabajo Social" y los "Criterios Éticos
Internacionales para los Trabajadores Sociales", donde se exponen
los principios éticos básicos de la
profesión de trabajo social, y se recomiendan procedimientos en
los casos de dilemas éticos. Además, ambos
documentos abordan la relación de la profesión y de
los trabajadores sociales individuales con los clientes y
usuarios, colegas y otras personas.

En la actuación de los trabajadores sociales
constantemente y de modo sistemático se toman decisiones y
se ejecutan acciones que
tienen consecuencias o implicaciones éticas.

Entonces hay que apelar a los principios
ético-profesionales que orientan las decisiones del
trabajador social La relación entre dos aspectos opuestos
del trabajo social exige una aclaración, basada en una
elección explícita de valores, para evitar que se
mezclen las motivaciones, o que no estén claras,
así como las actuaciones y las consecuencias de dichas
actuaciones.

Ética: Ciencia de
la
moral.

La Ética normativa investiga el problema
del bien y el mal, establece el código moral de conducta,
señala qué aspiraciones son dignas, qué
conducta es buena, y cuál es el sentido de la
vida.

Teoría moral investiga la esencia de la
moral, su origen y desarrollo, las leyes que
obedecen sus normas y su
carácter histórico.

Ética: Saber filosófico que
reflexiona y fundamenta la moral y realiza prescripciones
normativas sobre el comportamiento
humano.

Moral: Conjunto de principios, normas, valores,
conjuntos y
tradiciones sociales, que se expresan en la actitud, los
sentimientos, la conducta y las cualidades de las
personas.

Martí ha proporcionado a la cultura
universal, latinoamericana y cubana un excepcional ideario que
trascendiendo su tiempo y su
espacio, mantiene hoy extraordinaria vigencia, especialmente
por su dimensión ética.

Y es que en su pensamiento no hay fragmentación,
por cuanto su interpretación de la realidad cubana,
latinoamericana y universal en el marco de su época, se da
desde una concepción cultural que le otorga universalidad.
Así, no puede hablarse de lo político divorciado de
lo ético. A su vez, no puede obviarse el papel de lo
estético en aquel que, ante todo, creyó en el
perfeccionamiento humano.

Rasgos de las concepciones éticas
martianas.

  • Consecuencia entre pensamiento y acción.
    (Estrecha unidad entre lo ético y lo
    político).

  • Profundo humanismo revolucionario. (Incansable lucha
    por la independencia con el fin de crear un mundo de justicia
    y equidad).

  • La vida humana como lucha en función de los
    intereses de los demás.

  • Cumplimiento del deber social.

  • Optimismo, (la fe en el mejoramiento humano y en la
    universalización del amor entre los
    hombres).

  • Establecimiento de una República
    democrática con todos y para el bien de todos. (Una
    república moral que generara valores morales y
    derechos humanos más altos).

Valores morales expuestos en la concepción
ética martiana

  • Sentido de la patria y el patriotismo.

  • Soberanía de Cuba.

  • Justicia social.

  • Unidad nacional.

  • Independencia.

  • Deber moral.

  • Libertad.

  • Antirracismo.

  • Decoro.

  • Honradez.

  • Honestidad.

  • Solidaridad.

  • Latinoamericanismo.

Los trabajadores sociales son profesionales que tienen
la misión de
trabajar en la sociedad por la igualdad de oportunidades, el
desarrollo espiritual, la integración y la responsabilidad social de todos los ciudadanos. En
su quehacer han de destacarse por la sensibilidad humana y el
sentido de la justicia.

Dada su responsabilidad social, los trabajadores
sociales deben mantener una conducta, tanta en la vida
pública como privada, que le merezcan a cada uno en lo
personal y al
programa, la autoridad moral y la capacidad de influencia que se
requiere para el desempeño como trabajadores sociales, todo
lo anterior precisa que los futuros profesionales de esta
actividad durante su formación, desarrollen estas
cualidades por lo que se pueda considerar, dado que la misma
constituye la más elevada expresión de la
ética de liberación nacional cubana, que la
ética martiana puede ser uno de los puntales de la moral
de los trabajadores sociales, expresado esto mediante la
relación que se puede establecer entre los principios
éticos de estos profesionales y la concepción
ética de Martí.

Abordar toda la ética martiana en este trabajo
resultaría imposible, por lo que nos concentraremos en
analizar determinados aspectos de su concepción
ética que puedan constituir un soporte de algunos de los
principios éticos que deben caracterizar al trabajador
social.

  • Disposición para cumplir las tareas que la
    Revolución le encomiende.

Durante la formación es necesario inculcar el
precepto martiano de que "el verdadero hombre no mira de
qué lado se vive mejor, sino de qué lado
está el deber"[4], y llevarlo a la
práctica cada día en la tarea y en el lugar que les
corresponda.

Este principio entroniza con la idea del deber moral
manifiesta en el pensamiento y la acción de Martí,
y nos lo deja ver cuando dice: "El deber es feliz, aunque no lo
parezca, y el cumplirlo puramente eleva el alma a un
estado perenne
de dulzura"[5].

Para Martí el deber, no es sólo un mandato
de la razón, sino que su realización debe asumirse
con satisfacción, con gusto, deseo, pasión y
amor. Debe
encontrar belleza y placer por el deber cumplido.

En carta a su madre,
Martí le manifiesta su satisfacción de hacer cierta
la utilidad de la
virtud: "El deber de un hombre está allí donde es
más útil."[6]

Consideró que su deber siempre estuvo ligado al
bienestar de la sociedad, no así al personal.
"Jamás preferí mi bienestar a mi
obligación."[7]

  • Firmeza revolucionaria y voluntad para
    perfeccionar cada día el trabajo.

En el ideario martiano se ha reflejado y se ha ampliado
bellamente este concepto, lo que
significa el trabajo para el hombre y sus efectos. Martí
expresa que el trabajo es un deber y un derecho social. Considera
que el que no cumple con ese deber, que es también un
compromiso con la sociedad, pierde todo el derecho de disfrutar
de los beneficios que este reporta y merece
sanción.

"… el que la nación
educa, si no aprende para vil, debe dar la flor de su trabajo, El
trabajo es la única vía honrada, "…la que uno se
abre con sus propios brazos."[8] para sustentar la
vida.

Martí conoció del trabajo físico y
del trabajo intelectual. Supo del trabajo físico extremo
cuando era adolescente lo cual dejó una profunda huella en
su salud y en su
espíritu. De ahí su solidaridad
sentida con los explotados: la clase
trabajadora y los esclavos. Dedicó su vida a fomentar un
humanismo
basado en los anhelos de libertad y justicia para los pobres la
flor de su vida, a la
nación."[9]

Él considera, que el trabajo es una necesidad
vital para el hombre, no por los beneficios materiales que
le reporta, si no, por el valor espiritual que encierra el crear.
"Hasta a lo que se ha hecho mal se le ama, porque se le ha
hecho."[10]

Martí dio una visión del significado del
trabajo, para la sociedad en general cuando expresa: "La
política ha servido para afianzar la libertad: sirva el
trabajo ahora para robustecer y enaltecer la
patria."[11]

Este principio habla de la necesidad del esfuerzo diario
en el actuar de cada trabajador social para merecer las altas
valoraciones que sobre estos profesionales ha hecho el Comandante
en Jefe Fidel Castro y
el pueblo cubano, cuando los reconoce como los "Médicos
del Alma", "Campeones olímpicos en la lucha por el decoro
del hombre".

  • Ser humildes, solidarios y justos, sabiendo que
    el compromiso es con el pueblo.

Martí considera que la mayor riqueza que puede
poseer el hombre es la riqueza del espíritu, aquella que
va por dentro, son aquellos valores
morales y la cultura que posea aquel, esa riqueza nunca se
usurpa ni se pierde, siempre crecerá en la medida que se
cultive estudiando, pensando, trabajando y desarrollando la
inteligencia.
Y es la única que le da valor.

Aquella otra riqueza, la que en demasía"
envilece a los hombres cultos" y es "tremenda en los
hombres ignorantes"[12] está
sustentada en "el robo, el abuso,
la inmoralidad". [13]

Martí considera que el verdadero prestigio es el
que se obtiene como fruto del esfuerzo personal "Volverá,
con todo el prestigio que merece aquel que saca mejor templado su
carácter, de cada lucha en que se pone su temple a
prueba"[14].

"Se cede en lo justo, y lo injusto cae solo. Es todo el
secreto de esas luchas que parecen terribles, y sólo lo
son mientras no entran en ellas, de un lado y de otro, los
hombres cordiales[15]

La idea de poner toda las energías y los
conocimientos en aras del bien colectivo, del trabajo en grupo donde se
socialicen las mejores experiencias y que estas no sean patrimonio de
unos pocos se expresa cuando nos dice que: "El egoísmo
levanta a los pueblos y los pierde[16]y se
refuerza cuando expresa: "El egoísmo es la mancha del
mundo, y el desinterés su
sol[17]

Este principio a la luz de la
concepción ética martiana convoca a formar en estos
profesionales convicciones donde no tengan cabida la prepotencia,
la ostentación, el egoísmo y donde resalten la
sencillez, el desinterés, y la justicia, y el
reconocimiento en todo momento que su principal misión es
la de servir al pueblo del cual forman parte; y deben contribuir
a su educación y crecimiento con su trabajo y
ejemplo.

  • Ser ejemplos para toda la sociedad por la
    conducta.

Martí desde su ideario y su conducta nos muestra un
modelo de
actuación y conducta que edifica una personalidad
donde se resalta el no darle importancia a sus propias virtudes y
logros y reconocer sus defectos y errores, la humildad, la
honestidad, el
desprendimiento y desapego de todo provecho personal, esa actitud
de actuar a favor de sus semejantes de manera desinteresada, sin
la expectativa de una acción recíproca de
gratificación.

Muestra lo anterior cuando nos dice: ¡Qué
sabia la modestia![18]"o cuando nos expresa: "No
desearlo todo para sí; quitarse algo de sí para que
toquen a igual parte todos, —es valor que parece heroico, a
juzgar por el escaso número de los que dan prueba de
él[19]

Otras ideas relacionadas con este precepto ético
encontradas en la concepción ética martiana son las
siguientes:

"… que el sacrificio es un placer sublime y
penetrante, y el desinterés, la ley del genio y de la
vida[20]

"El desinterés es lo más bello de la vida;
y el interés es
su fealdad[21]

Debemos lograr que los trabajadores sociales en
formación interioricen y manifiesten una vida donde el
ejemplo esté sustentado por el alto grado de conciencia
con que se dedican a las tareas que la Revolución
les encomienda, donde se prevalezcan por la modestia, el
desinterés y el altruismo con que las asuman, y por la
responsabilidad y seriedad con que las llevan a cabo.

Conclusiones

  • En los momentos actuales es necesario profundizar en
    Martí, no solo como patriota, poeta, escritor,
    apóstol heroico, sino en los perfiles de su
    personalidad como transmisor de valores morales y
    éticos que nos permitan una renovación moral,
    que nos guíe y oriente en la lucha contra la
    corrupción e ilegalidades y contribuyan a que salgamos
    de este período más fuertes que
    nunca.

  • Los valores en Martí son modos esenciales del
    devenir del hombre en su naturaleza social, integrados en la
    cultura a manera de formas de existencia del ser humano y sus
    necesidades materiales y espirituales.

  • Valores morales expuestos en la concepción
    ética martiana pueden constituir un sustento para la
    formación en valores de os trabajadores sociales en
    formación dado que los mismos entronizan con los
    precepto éticos de estos profesionales.

  • La cultura de los valores es imprescindible para la
    convivencia social y para el propio despliegue de las
    energías creadoras que el hombre lleva en sí y
    desarrolla en función de la sociedad.

  • Podemos afirmar que el estudio de la ética
    martiana contribuirá al desarrollo social sobre la
    base de lograr edificar esa sociedad superior "con todos y
    para el bien de todos[22]

Bibliografía

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Sociales, LATED, Tecnología
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1996

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consultado en:


(19 mar. 2009)

Código de ética de la FITS.
consultado en:


http://www.apss.polyu.edu.hk/iassw/index.php?option=com_content&task=blogcategory&id=27&Itemid=50&lang=spanish

(19 mar. 2009)

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Autor:

Lic. Modesto R. Hernández
Vaillant

Prof. Asistente

Universidad de Matanzas Camilo Cienfuegos

Director de la Escuela Formadora de Trabajadores
Sociales

Municipio Colón, provincia Matanzas,
Cuba

Colón, Cuba

Mayo, 2009

[1] Código de ética de la FITS.
consultado en: http://www.apss.polyu.edu.hk/iassw/index.php?option=com_content&task=blogcategory&id=27&Itemid=50&lang=spanish
(19 mar. 2009)

[2] PNTS. Código de Ética de
los Trabajadores Sociales y Cuadros del Programa. La Habana,
2008

[3] Código de ética de la FITS.
consultado en:
http://www.apss.polyu.edu.hk/iassw/index.php?option=com_content&task=blogcategory&id=27&Itemid=50&lang=spanish
(19 mar. 2009)

[4] Martí Pérez, José.
Discurso en
conmemoración del 10 de Octubre de 1868, en Hardman
Hall, Nueva York, 10 de octubre de 1890, t. 4, p. 247.

[5] Martí Pérez, José.
Bronson Alcott, el platoniano", t. 13, p. 188.

[6] Martí Pérez, José,
Carta a la madre. Montecristi, 25 de marzo de 1895,
Epistolario, t. 5, p. 116.

[7] Martí Pérez, José,
Carta abierta a Enrique Collazo, El Porvenir, New York,
12/1/1892, O. C., T. 1, P. 293

[8] Martí Pérez, José
J., El Siglo XIX, México, 1878, OC J. Martí, T. 7,
P. 138

[9] Martí Pérez, José,
La Nación (B. Aires), 18/8/1883, OC, T. 13, P. 255

[10] Martí Pérez, José
J., La Nación (B. Aires), 21/5/1887, OC J. Martí,
T. 11, P. 188

[11] Martí Pérez, José
J., Revista
Universal (México), 29/9/1875, OC J. Martí, T. 6,
P. 338

[12] Martí Pérez, José,
"Carta de Nueva York", La Opinión Nacional, Caracas,
31/3/1882, T. 9, P.277.

[13] Martí Pérez, José,
"Cartas de
Martí", La Opinión
Pública, Montevideo, 1889, OC J. Martí, T.
12, P. 251

[14] Martí Pérez, José,
"Francia", La
Opinión Nacional, Caracas, 22 de febrero de 1882, t. 14,
p. 369.

[15] Martí Pérez, José,
Carta a Serafín Bello, Nueva York, 16 de noviembre de
1889, Epistolario, t.2,pp. 158-159.

[16] Martí Pérez, José,
"Cleveland y su partido". La Nación, Buenos Aires,
21 de septiembre de 1886, t. 11, p. 28.

[17] Martí Pérez, José,
Discurso en honor de Fermín Valdés
Domínguez, salón Jaeger's, Nueva York, 24 de
febrero de 1894, t. 4, p. 325.

[18] Martí Pérez, José.
"Italia", La
Opinión Nacional, Caracas, 1882, t. 14, p. 467.

[19] Martí Pérez, José.
"Las asociaciones de obreros". La América, Nueva York, diciembre de 1883,
t. 9, p. 479.

[20] Martí Pérez, José.
"Francisco Sellen, poeta cubano". La Ofrenda de Oro, Nueva
York, diciembre de 1890, t. 5, p. 195.

[21] Martí Pérez, José.
"Cuatro clubs nuevos". Patria, Nueva York, 14 de enero de 1893,
t. 2, p. 200.

[22] Martí Pérez, J. "Con todos
y para el bien de todos". Discurso pronunciado en el "Liceo
Cubano de Tampa", 26 de Noviembre, 1881. La Habana: Editorial
Tierra
Nueva. Patronato del Libro Popular; 1960.

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